Buon giorno a tutti;
Hoy por fin, puedo escribir a una hora "normal".
El día ha comenzado con un "voy a tomarme un café a ver si me espabilo" por parte del "jefe". He de decir que este miércoles en el hostal se ha presentado muy tranquilito.
Ha habido mucha gente española (gracias a Dios) y he podido comunicarme con facilidad.
El "jefe" ya me deja manipular dinero y hacer tareas sola "ya vas cogiendo la onda", "¡pero dí buenos días!" y además me pide cosas de informática que no se aclara.
Me quiere presentar a su primo el policía, que está de muy buen ver, según dice.
A las 12 se ha marchado a una manifestación y ha vuelto exaltado mirando el móvil "¿¡cómo se le da más color a esto!? ¡No veo ni escupir!", después el problema era el ordenador "¡a ver si esto va de una puñetera vez, esto no le va ni a Dios!"
Ha estado toqueteando el Facebook, y su cara de alegría cuando veía que la foto se subía sin problema, de verdad, no tenía precio. Felicidad en estado puro. Felicidad y orgullo de D I V A.
Ha vuelto la vendedora de la ONCE, sí, la de la suerte, y nos ha dado una buena noticia ¡al jefe le habían tocado 6€!, a lo que él ha respondido: "qué bien, ya tengo algo más para gastarme en hombres".
Por lo demás, las novedades no son muchas. Los clientes son cordiales, el "jefe" sigue a su ritmo y yo, con unas cuántas tazas de café en el cuerpo, y muchas horas por delante, voy a seguir con la rutina.
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